Wednesday, April 12, 2017

Ecuador-- Café con Azúcar, Resistencia y Fiesta

Buen día Amig@,

Le escribo de una Comunidad de Jesuitas en Cuenca, Ecuador. Aquí es muy cómodo, muy tranquilo, siento como en casa. Tengo el privilegio de tener un Padre Jesuita como amigo aquí, y arregló una habitación para mi por unos días. Estoy muy agradecida. Aquí hay un pequeño bosque que permite un poco reflexión, un bosquecito lleno de árboles de eucalipto y pasto y florecitas hermosas. Cuando el sol brilla y me siento en la tierra, en el pasto, al lado del laguito, entro en una trance. Allí no siento preocupación por nada, solamente siento el sol calentando lentamente, suavemente, mi piel. Aquí en Cuenca el clima es más fresco, es la Sierra. Me cuesta un poco la altura; estamos a unos 2500 metros, o 8200 pies, sobre el nivel del mar. Un poco más a lo que estoy acostumbrada. ;)  Afuera del centro de la ciudad está hermosa. Casas con terrenitos, todos con lo que parece que es su milpa, o tal vez solamente maíz. Y por supuesto, más montañas verdes, llenas de vida, y alturas dramáticas donde andan libremente las llamas. Ahora mismo escucho a música Colombiana, de una mujer María Cristina Plata... bien tranquila.

Bueno, quiero compartir un poco más de como ha sido el viaje. Este ha sido mi segunda vez en el país de Ecuador, y me he quedado bastante impresionada por toda la diversidad de climas, paisajes, culturas, y comidas que existe aquí. Empezamos en Quito, y yo pensando que ya conocía Quito, pero conocimos a un nuevo parque (El Metropolitano) en donde caminamos por horas, ni conociendo la mitad, y jugamos en los columpios de niños, divirtiéndonos mucho. Conocimos la ciudad más que nada a pie. Estuvo bonito. Y de allí andamos a Ambato (otra ciudad serrana más al sur) por los últimos días de las fiestas de Carnaval. Tuvimos la oportunidad de ir a un concierto gratuito de salsa, de Gilberto Santa Rosas, y allí disfrutaba ver a los muchachos bailando, gozando de la buena vida, las celebraciones. Ayayay, y la noche siguiente asistimos al gran desfile. Estuvo muy lindo. Tenían representados allí varios países en vestimento tradicional y no tan tradicional (mucho brillo, muchos colores), bailando y ¨reinas¨ paradas sobre los carros decorados con puro fruto y flores (este es la tradición de Ambato, que allí producen y exportan muchas flores y frutos [como los de Oregon]). Música, gente, energía. Y después nos divertimos al ver los niños jugar con las karaokas de espuma, y Kris me dice, ¨Vamos a comprar uno´. Yo, tímida, ¨que no...¨ pero lo hizo, y entramos en el juego con todos los niños, jóvenes, adultos; toditos jugamos. Corrimos por el muchedumbre, toda la gente, esprayando espuma en cualquiera persona, y ellos riéndose, y nosotras también. Estuvo genial. Sentía muy conectada a la fiesta, muy ´parte de´.

De allí Kris fue a hacer una caminata bastante difícil pero hermosa (según sus comentarios) por las montañas y terrenos de esa parte de la Sierra, y yo bajé a visitar a mis seres queridos en Santo Domingo. Las dos lo pasamos bien, y nos vimos en Quito para ir ya a la finca de café en el Valle de Intag.

Es un tipo de paraíso allí. La Señora tiene su casa con todos los comodidades, pero también ha construida una cabaña al aire libre con una cama con red de mosquito y hamacas, perfecto para dormir al lado del río poderoso que corre por el pueblo. Perfecto para descansar, practicar guitarra, y cantar que con el ruido de ese río nadie te escuche (pienso). Tiene sembrado bastante café, plátano, guineo, y yuca, así que siempre hay esos esenciales para comer. Ui, la comida. Ella nos preparaba diario desayuno de frutas tropicales con granola y yogur... super rico. Nos sentamos a la mesa por lo menos 4 veces al día, entre los descansos para tomar té o café y las comidas que nos invitaba. Una locura. Cocina como una abuelita-- hace pasteles y tortas, lemon merengue pie... es muy linda.

Conocerle fue muy interesante. Es pesada (en sentido de guerrera, fuerte mujer) esta mujer. Es grande ya, pero maneja todo allí en su terreno. Es de Canadá, y tiene 8 años viviendo en Ecuador. Aprendió a su edad el español para comunicar con la gente de esa comunidad, así como vive en un pueblo, en el campo bastante remoto. Tiene buenas relaciones con la gente; ayudó a construir un colegio allí para adultos, y también aporta a la gente en varios otros aspectos. Cría chanchos y enseña a la gente como cuidarlos, les da la oportunidad de criarlos, casi regala las frutas que se da en su terreno a la gente a que las venda. Personas pasan por su casa todo el día, todos los días, ella, contenta, las recibe. Tiene este proyecto por una fundación en los EEUU, y produce, más que nada, el café orgánico.

Pasamos dos semanas en su finca. Todos los días nos levantamos a darles de comer a los chanchos y limpiar sus habitaciones.  En las tardes nos tocaba hacerlo otra vez. Me encantó este ritual. Fue bonito servir a los animales así. Igual, sentí mal por como viven, con piso y paredes de concreto, y un techo, aislados de todo naturaleza, sin contacto con otra cosa viva aparte de nosotros cuando les visitamos dos veces al día. Es conveniente, funciona para criarlos, pero no es bonito. Alguien dijo recién: Lo que no es natural, no es natural. Ay, y lo peor-- que el momento en que les toca morir, es la primera vez que van a ver pasto, ver el cielo bien, tocar tierra con sus pies. Entran por algunos benditos momentos al cielo antes de ser matados. Y aparte están asustados porque alguien los esté sacando de su ambiente costumbre, y probablemente ni pueden apreciar la belleza que les rodee. Difícil. Y eso ni es hablar de los caballos o los perros. Ay.

Bueno, siguiendo, estuvo una muy buena experiencia allí en la finca. Conocimos a unos de los vecinos, muy amables, a unas niñas que les gusta bailar y reír, y a una persona que trabaja allí en la finca. Aprendí mucho de él. Creció en un pueblo aún más alejado de este pueblo, de forma que no conocía autos, ni electricidad, ni música grabada, ni comidas aparte de yuca, papa, fréjol, y maíz casi hasta que tenía 15 años. A ese edad su familia se fue a otro pueblo o él salió o el pueblo recibió acceso a la carretera... algo así. Y tiene como 12 hermanos, todos de la misma mamá. Y ahora trabaja toda la semana y muchas veces en el fin de semana en la caña de azúcar y con la Sra. en el café para apoyar a sus hijos y la mamá de ellos. Realidades tan distintas.

Lo que compartimos: el amor para el baile. A él le ENCANTA el Salsa Choke. Casi todas las tardes pondría su música y bailaría. Me enseñó unos pasos, estuvo chévere. Por lo que entiendo, es como la salsa pero fusionado con hip-hop y freestyle. Entonces bailo salsa y también me pongo a brincar o no sé que... bien divertido. Nos llevó a donde su amigo, y nos pusimos a bailar todos-- bachata, salsa, merengue, bomba (tipo cumbia de Ecuador), cumbias, salsa choke y free-style. Por horas. Una fiestita en el campo. 6 personas, un poco de trago, pura vida. Y luego le enseñé un poco de bachata, y lo agarró bien. Dar y recibir, ¿no?

Estoy muy agradecida por esa amistad que se hizo en pocos días. Ah! ¡Y nos llevó a conocer su trabajo en la caña! Después de tomar un bus (él lo camina) y subir una montaña, sudando, sin aire, por.. que? una hora casi? llegamos a la plantación, y nos presentó a sus compañeros del trabajo y nos dio un tour del lugar. Nos enseñó como se cosecha la caña con machete, como lo llevan en burro, como vuelven a sembrar la parte de arriba de la misma planta porque crece otra vez, se revive. De allí, a donde exprimen el jugo de la caña con una maquina parecida a un wood chipper, como lo hierven hasta que esté como un liquido espeso que echan a moldes y después se saca y embolsa. Hecho. Y estando allí, huele riquísimo, porque imagínate, están haciendo panela, calientita... uyy que rico. Chupamos el jugo de la caña, probamos el liquido caliente, y al final hirvieron los maduros en el mero jugo de la caña. Ayayay. Mucho azúcar. Kris en la tarde se cayó en siesta por tanto consumo de azúcar (sugar crash). Pero estuvo bacán conocer ese proceso, y aun más-- allí con nuestro amigo.

También en la finca, claro, trabajamos con el café, entonces igual conocimos el proceso de cosechar y procesar el grano. Es bastante trabajo a mano, todo por una bebida con esa aroma agradable, esa cafeína que nos anima, nos de energía, nos hace adictos.

En días de calor (y de frío a veces), bajamos al río a bañarnos. Que rico bañarse en un ser vivo con energía tan poderoso. También hay piscinas de agua mineral de un volcán cerca donde solíamos visitar... a 25 minutos caminando, 5-10 minutos si tuvimos el suerte de un aventón de un amigo de Fabian. Es que solo hay una carretera en ese pueblo, entonces si te ven caminando y tienen espacio, usualmente ofrecen llevarte. Aparte todos se conocen. Uy, y el agua en la piscina más caliente está bastante caliente... riquísimo para quemar todos los piquetes de mosquito (sufría mucho comezón).

Sí. Estoy muy agradecida por la oportunidad de conocer esa comunidad. Había momentos difíciles para las dos (Kris igual que yo), pero momentos tan lindos y un entender que ganamos de conocer el lugar y escuchar sus historias que pesa más que cualquier duda o problema.

Ah, y la parte social/climático. Minería, compañía extranjera, gobierno débil, corrupto, no para la gente. El pueblo se levanta. La compañía en buena onda hace un estudio de los efectos que habría con el proyecto-- significantes. Se van. Nueva compañía viene. El gobierno les invita. El pueblo se levanta. La compañía contratando a gente del pueblo para luchar contra sus vecinos. Gente aceptan la oferta porque necesitan dinero. Otros no aceptan por proteger sus recursos naturales de agua, por proteger su tierra. División. Unión. El pueblo se levanta. Convencen al gobierno. Parece que han ganado. Al final la compañía cambia su nombre, el gobierno vende el derecho de hacer minería a esa ´nueva´compañía, Contrata a gente. Les compra. La minería sigue. Contamina. Disrupta ritmos naturales. Aun los que resistía al principio van a trabajar por la mina por la tentación del dinero. El pueblo sigue luchando, pretenden educar, informar a la gente. Que loco.

Allí lo voy a dejar. Perdón que el último párrafo fue sin fluidez, me cansé. Todavía falta mucho por compartir-- desde que salimos de la finca en el Valle de Intag, hemos conocido a más gente linda, y la costa (HERMOSA). Kris ya está en Perú, mañana voy a bajar también.


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